La Reserva Nacional de Paracas es una zona protegida del Perú ubicada en la Provincia de Pisco, departamento de Ica, y fue declarada como tal el 25 de septiembre del año 1975, con el fin de conservar una porción del mar y del desierto del Perú, dando protección a las diversas especies de flora y fauna silvestres que allí viven. Está ubicada en uno de los puntos más desérticos de la costa peruana, y tiene una extensión de 335.000 ha.
La península de Paracas está situada en una zona marítima excepcionalmente rica, y es una muestra representativa de los ecosistemas marinos del mar frío de la Corriente Peruana o Corriente de Humboldt, considerado por los especialistas como el más productivo de la Tierra. El Plancton es favorecido por las micro corrientes de agua, hecho que atrae numerosa cantidad de peces, otras especies de la zona, y a los piscicultores. En líneas generales el afloramiento de Paracas es uno de los 9 más importantes del mundo, estas corrientes ascendentes traen nutrientes del fondo marino, fertilizando las aguas superficiales, esto conlleva a una superproducción de fitoplancton, lo que los biólogos conocen como alta productividad primaria.
Así mismo la reserva es utilizada por una amplia variedad de especies de aves migratorias para su alimentación y refugio durante sus largas travesías anuales. Debido a su importancia, en 1991, fue elevada a la categoría de Reserva Regional de la Red Hemisférica para aves playeras (en la actualidad Programa "Wetlands for the Americas"), y en abril de 1992 fue reconocida como uno de los sitios de carácter especial para la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional (Convención RAMSAR), especialmente como hábitat de especies acuáticas como por ejemplo el lobo fino, los pingüinos de Humboldt (que están en peligro de extinción), las aves guaneras como el piquero, el guanay y otras especies importantes.
La reserva tiene ambientes propicios en la costa para la conservación y tranquila reproducción de numerosas especies de aves residentes y migratorias. Entre las que más se encuentran están los pelícanos, la gaviota gris (Larus modestus), zarcillo (Larosterna inca), rayador (Rynchops nigra), chorlo ártico (Pluvialis squatarola), Chuita (Phalacrocorax gaimardi), guanay (Phalacrocorax bougainvilli), el cóndor, el pingüino de Humboldt (en peligro de extinción) y las parihuanas o flamencos (Phoenicopterus chilensis), entre otras especies.
Los peces que se encuentran en esta zona marítima son: el lenguado (Etropus extenes), el toyo blanco (Mustelus whitneyi), el bonito (Sarda chilensis), el tramboyo, la raya, la chita, sardina, anchoveta Engraulis ringens, pampanito, mero, corvina, lorna y otras muchas especies. Los mamíferos en esta reserva principalmente están representados por los lobos marinos de un pelo o chusco (Otaria byronia), el lobo de dos pelos o lobo fino (Arctocephalus australis), el bufeo (Delphinius delphis) y el gato marino (Lutra felina), éste, en peligro de extinción. También la reserva está poblada de tortugas laúd y verde, reptiles como lagartijas (Microlophus spp.) y geckos (Phyllodactylus spp.), pulpos, calamar (Loligo gahi), almejas y crustáceos como el carretero (Ocypode gaudichaudii), el cangrejo violáceo (Platyxantus orbigny) y el muimuy (Emerita analoga).
En cuanto a su flora, esta parte del Océano Pacífico es rica en fitoplancton y en algas. De acuerdo a las investigaciones realizadas in situ, se han podido contabilizar más de 250 especies de algas, tales como los yuyos (Gigartina chamissoi y Grapeloupia doryphora), la lechuga del mar (Ulva fasciata forma costata), y el aracanto (Macrocystis integrifolia). La flora terrestre cuenta pocas especies, debido a la extrema aridez del desierto. El clima es propio de la formación desierto subtropical, es decir que existe, aproximadamente, una diferencia de 6 a 8°C en la temperatura media del mes más caluroso y el más frío. En febrero y agosto, respectivamente, ésta es de 22°C y 15,5°C, siendo el promedio anual 18,7°C. La precipitación es muy pobre, siendo el promedio total anual de 1,83 mm., la humedad relativa es del orden del 82%, con 83% en invierno. Los vientos dominantes son sur y suroeste, alcanzando una velocidad media de 14,9 km/h; sin embargo pueden llegar hasta los 32 km/h, siendo los más fuertes del litoral, conocidos con el nombre de “Paraca”.